No me canso yo, lector, de recorrer una región de una gran riqueza ecológica, una franja riparia (del latín ripa, que significa ribera/costa) de poco más de 40 kilómetros donde se pueden observar las más variadas especies de aves acuáticas, estamos en el bajo Zújar. Hoy, os invito, a contemplar éste biotopo fluvial conmigo.
Exposición del tema: El Zújar es el principal afluente del río Guadiana por su margen izquierda, de unos 214 km, discurre, en su práctica totalidad, por áreas con baja presencia humana, por lo que la degradación ecológica es muy baja.
Fotografía 1. Tramo del bajo Zújar en época estival.
En sus aguas y en sus riberas viven y cazan unas aves de presa perfectamente adaptadas al medio acuático, las llamadas aves pescadoras. Para mayor sencillez del tema, las voy a catalogar por su forma de pescar, en ictiófagas -aquellas aves que se alimentan de peces- arponeras e ictiófagas submarinas.
Las ictiófagas arponeras son las que utilizando los potentes músculos de cuello, de alta capacidad contráctil y dotadas de un pico largo y afilado a modo de daga, ensartan o espetan a los peces para luego deglutirlos.
Las ictiófagas submarinas, por contra, se dejan caer en las aguas para sumergirse y, posteriormente emerger segundos después con un pez en el pico.
La comunidad del río: La buena calidad del agua y la vegetación ribereña favorecen la gran diversidad de ictiofauna, tanto autóctona como alóctona, que conforma el sustento base de una gran diversidad de depredadores. Un río limpio, un río sano que constituye un importante refugio para las aves pescadoras.
Fotografía 2. Ictiófaga arponera.
Fotografía 3. Ictiófaga arponera.
En el tramo embalsado del Zújar que constituye el contraembalse de La Serena, durante la invernada, observamos una estilizada Garza Real (Ardea cinerea). Sus largos músculos del cuello, contraídos exactamente igual que hacen las serpientes- se tensan como las cuerdas de una guitarra, hasta que saltan como un resorte para deglutir, a favor de escama, un black bass. Aguas arriba, una Garceta grande (Egretta alba) observa, hierática, la escena de pesca (Fotografías 2 y 3).
La lámina de agua discurre lentamente, con una profundidad en torno a los 2 metros y una anchura media de unos 80 metros. Acuden al encuentro del observador multitud de Ánades azulones (Anas platyrhyncho), de vuelo rápido y nervioso (Fotografía 4). He podido observar en sus aguas otras ictiófagas, especializadas en pesca submarina, me refiero a los Cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) y a una de las más hermosa de las aves de la Península Ibérica, el Martín Pescador (Alcedo atthis), Fotografía 5.
Fotografía 4.
En época estival, he podido observar -y fotografiar- en este entorno, otra de las aves más bellas de los cielos extremeños, el Abejaruco europeo (Menops apiaster), joya alada que cría en las terreras del río (Fotografía 6). También es un lugar adecuado para ver otras rapaces tales como el Águila calzada (Aquila pennata), el Milano negro (Milvus migrans) o el Milano real (Milvus milvus), fotografía 7.
Fotografía 6. Ave insectívora.
Fotografía 7. Milano real en vuelo de caza. Ave rapaz.
Aguas abajo, llegamos a un lugar único para ver a la Cigüeña blanca (Ciconia ciconia). En este tramo la historia y la fauna se aúna, como a continuación explico.
Cigüeña blanca en las orillas del Zújar.
Aspectos históricos, el frente del Zújar: En la primavera de 1938, segundo año de guerra, la 45 división internacional dejaba el frente de Teruel, pasando al de Extremadura. La llamada "Bolsa de la Serena" consistía en el entrante más importante del bando republicano en la zona franquista en el Sur de España. En el mes de julio de 1938 se producen las operaciones tendentes al cierre de la "bolsa". En el bando republicano se crea una división con la misión de defender a toda costa el nudo ferroviario Mérida-Villanueva de la Serena-Castuera y detener a las divisiones de Queipo de Llanos por la zona del Zújar, se la conocería como "la división del Zújar" y estaría a las ordenes de Sánchez Carmona, contaban con las brigadas de reserva XXV y XII de asalto.
Bunkers de defensa del puente
Bunkers de defensa del puente.
Hoy, en este tramo del río, se preserva un importante patrimonio bélico, (bunkers, puentes, nidos de ametralladoras, trincheras, puestos de observación, etc etc) conservados casi en su totalidad al ser un área de escasa presencia humana y estar dedicada esta zona a la agricultura y ganadería.
Restos del puente sobre el río Zújar.
Lejano ya el horrísono sonido de la guerra, hoy las cigüeñas blancas construyen, apacibles, sus nidos de vida, (no de muerte como los nidos de ametralladoras), en las plataformas de los pilares del puente bélico. El más adecuado contrapunto a esta historia de guerra, es la serenidad de la ermita de Santa María del Zújar, del siglo XVI, construida a orillas del río mismo.
El río a su paso por la Ermita del Zújar.
Ermita del Zújar.
En este reducto de paz, quiero poner hoy punto final a nuestro paseo por el bajo Zújar, no solamente como río de vida, de fauna, sino también como río de historia.
Todas las fotografías son del autor del blog, quedando prohibida su reproducción sin su expreso consentimiento
Cigüeña blanca en las orillas del Zújar.
Aspectos históricos, el frente del Zújar: En la primavera de 1938, segundo año de guerra, la 45 división internacional dejaba el frente de Teruel, pasando al de Extremadura. La llamada "Bolsa de la Serena" consistía en el entrante más importante del bando republicano en la zona franquista en el Sur de España. En el mes de julio de 1938 se producen las operaciones tendentes al cierre de la "bolsa". En el bando republicano se crea una división con la misión de defender a toda costa el nudo ferroviario Mérida-Villanueva de la Serena-Castuera y detener a las divisiones de Queipo de Llanos por la zona del Zújar, se la conocería como "la división del Zújar" y estaría a las ordenes de Sánchez Carmona, contaban con las brigadas de reserva XXV y XII de asalto.
Bunkers de defensa del puente
Bunkers de defensa del puente.
Hoy, en este tramo del río, se preserva un importante patrimonio bélico, (bunkers, puentes, nidos de ametralladoras, trincheras, puestos de observación, etc etc) conservados casi en su totalidad al ser un área de escasa presencia humana y estar dedicada esta zona a la agricultura y ganadería.
Lejano ya el horrísono sonido de la guerra, hoy las cigüeñas blancas construyen, apacibles, sus nidos de vida, (no de muerte como los nidos de ametralladoras), en las plataformas de los pilares del puente bélico. El más adecuado contrapunto a esta historia de guerra, es la serenidad de la ermita de Santa María del Zújar, del siglo XVI, construida a orillas del río mismo.
El río a su paso por la Ermita del Zújar.
Ermita del Zújar.
En este reducto de paz, quiero poner hoy punto final a nuestro paseo por el bajo Zújar, no solamente como río de vida, de fauna, sino también como río de historia.
Todas las fotografías son del autor del blog, quedando prohibida su reproducción sin su expreso consentimiento
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