martes, 6 de febrero de 2018

Las aves tuneladoras: el abejaruco común (Segunda parte)




En los meses de primavera y verano, en los cortes de las terreras arenosas de numerosísimos ríos de la región, pueden ustedes pasar un rato magnífico viendo el ir y venir, siempre trepidante, de estas coloridas aves. 

En agosto, bajo un sol de justicia, el río discurre lentamente colmando de vida las orillas. El agua como elemento concentrador de vida, donde una gran diversidad de fauna rompe la monotonía del paisaje agostado.



Un ánade azulón rompe la lámina de agua en busca de plantas palustres. Aguas abajo, una ictiófaga conocida por los amigos de este blog, una Garza real que arponea el río.

Los abejarucos (Merops apiaster) son expertos cazadores de insectos voladores que atrapan, con destreza, en el aire. Son aves entomófagas. Los hombres de ciencias los llaman "Apiastes", del latín apis-is; abeja. Transportan los insectos voladores que constituyen su alimento en las pinzas de sus picos.

                                      




Los abejarucos (Merops apiaster) son aves cavadoras. El nido consiste en un largo túnel de hasta 2 metros de profundidad que termina en un habitáculo, una cámara de unos 32 cm donde la hembra deposita de 4/5 a 7/10 huevos blancos, que son incubados durante 20 días. El periodo de cría dura unos treinta días.


Cerca de nido puede encontrase uno de sus depredadores naturales, la culebra bastarda. El ápodo no dudará en prospectar los túneles en busca de los polluelos.










Todas las fotografías son del autor del blog quedando prohibida su reproducción sin su expreso consentimiento.

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