martes, 14 de marzo de 2017

La tenebrosa silueta del buitre leonado (Primera parte).



Orden Accipitriformes, familia accipitridae.

Ciertamente, la silueta oscura del buitre leonado (Gyps fulvus) resulta siniestra, amenazadora. A nuestros ojos se nos presenta como una criatura de aspecto grotesco, un ave que se alimenta de carroñas, de cadáveres, un ave que vuela formando negras coronas en los cielos. En definitiva, se nos presenta como una criatura anunciadora de muerte, un verdadero "pájaro de mal agüero". Por todo ello, puede resultar justificado el título de hoy; la tenebrosa silueta del buitre leonado.

Sin embargo, es mi intención mostrar al lector una criatura asombrosa, tremendamente especializada  y que realiza una importante labor sanitaria en el ecosistema mediterráneo. 

Morfología: A los ojos de quien contempla al carroñero, le llamará profundamente la atención el gran tamaño del ave, con longitudes que frisan los 100 centímetros y una envergadura alar de 280 cm., el impresionante ave llegará a pesar de 6 a 9 kilos. Algo inferior al del buitre negro (Aegypius monachus).



                                Fotografía 1. Silueta buitre leonado volando.


                                Fotografía 2. Silueta buitre negro volando.


La cabeza, grande y alargada, no está emplumada, previniendo los posibles restos de carroñas que pudieran contribuir al desarrollo de infecciones. El pico, de color hueso es relativamente alargado, curvado en el extremo para permitir el descarnamiento de los cadáveres como el más eficaz instrumento quirúrgico. El plumaje comienza en una collera, una gola, en la base del cuello. La librea, como su nombre indica, es leonada, cuerpo, dorso y alas marrón. Plumas de vuelo y cola más oscuras. Patas y pies grises blanquecinos, sus garras, al igual que las del buitre negro, no están adaptadas para desgarrar sino para pisar y sujetar el cadáver del que se está alimentando. Las uñas son romas, la cola amplia. Las alas son enormes, anchas, permiten al animal deslizarse por las corrientes térmicas para descubrir el cadáver de un animal. Esta forma de volar minimiza el gasto de energía y le permiten cubrir grandes distancias

El buitre leonado como todas las aves, tiene un cerebro óptico, (la visión es su sentido más desarrollado) y necesita para localizar la carroña una increíble agudeza visual. Esta forma de buscar el alimento dota al buitre de una vista penetrante.


                              
   Fotografía 3. Buitrera de la Portilla del Tietar.

No existe dimorfismo sexual apreciable. Las crías tienen un dorso marrón más oscuro, la gola es también marrón.

Hábitat:  A diferencia del buitre negro que habita en el bosque mediterráneo, el buitre leonado es una especie de gustos mas rupícolas (Fotografía 3). Encuentran sus posaderos en los cortados, generalmente protegidos de desprendimientos y de las inclemencias del tiempo, desde estas atalayas de rocas les resulta fácil remontar el vuelo, se dejan caer y aprovechando las corrientes térmicas se elevan rápidamente.  

Son aves gregarias, coloniales, que nidifican en las llamadas "buitreras". Los he observado, maravillado, en tres edénicos y fascinantes parajes extremeños; la Peña Falcón, la Portilla del Tietar y Puerto Peña. 

                                         Peña Falcón. Salto del Gitano.

                                         La portilla del Tietar.
                                         Puerto Peña.

Estos son los hermosos dominio del buitre.

Distribución: El buitre leonado o común  (Gyps fulvus) se extiende desde Turquía y la fachada sur del Mediterráneo hasta Asía central, la Península Ibérica, Cerdeña, y la Península Balcánica, así como norte de África. La población europea se estima en unas 21.000 parejas, constituyendo las poblaciones españolas el 80%. En Extremadura, las poblaciones de buitres tanto leonados como negros, han experimentado una significativa mejoría.


Biología: En las postrimería del invierno, puede verse el majestuoso vuelo de cortejo de las parejas de buitres. Vuelan macho y hembra a poca distancia, casi rozándose en los cielos (fotografía 7), tras lo cual bajan a los roquedos donde tiene lugar la cópula. Ave rupícola, se instalan las parejas sedentarias en enormes plataformas, -el nido-, que está compuesto de palos entrelazados, generalmente de retamas, que transportan en sus picos en los meses de febrero. Los cortados donde anidan las colonias de buitres leonados son reutilizados durante años, dependiendo de la abundancia de la carroña. Ponen un solo huevo, banco, que incuban indistintamente macho y hembra durante 48 a 54 días. El polluelo es cebado regularmente a medida que va creciendo durante los siguientes 6 meses que permanecerá en el nido. 

                               fotografía 7. Buitres leonados en vuelo de cortejo.

Los polluelos se desarrollan lentamente, está documentado que se embarcan en su primer vuelo a las 20 semanas. 

    Fotografía 8. grupo de leonados en la Peña Falcón.

Una vez  que el polluelo alcanza una medida considerable no tendrá mas enemigos naturales que el hombre. 

Alimentación: los buitres leonados se elevan, en negras coronas, utilizando las corrientes ascendentes de aire, llamadas térmicas, en su incansable búsqueda de carroñas. Estas corrientes les permiten planear con muy poco esfuerzo y permanecer en el aire durante largos periodos utilizando se agudo sentido de la visión para detectar la carroña. 
                                   Fotografía 8. Grupo de buitres elevándose en las térmicas.

                                 Fotografía 9. Grupo de buitres elevándose en las térmicas.

Los buitres comunes o leonados son los necrófagos más conocidos, pero, además de los buitres hay otros carroñeros, desde córvidos como los cuervos y urracas.

                                          Fotografía 10. Grupo de leonados después de alimentarse. 

                                         Fotografía 11. Grupo de leonados después de alimentarse. 


Los buitres son grandes ayunadores, pueden comer una o dos veces por semana, toda vez que como he señalado en líneas superiores, el gasto de energía de su característica forma de vuelo es mínimo. 

                                     
Amenazas: Junto a problemas puntuales de venenos, choque con tendidos eléctricos o irrupción de personas en las cercanías de las áreas de cría, la principal amenaza de estas grandes aves es, en mi opinión, el cambio en el uso tradicional de la ganadería doméstica. Las grandes crisis sanitarias (la enfermedad de las "vacas locas", la gripe aviar, etc etc) han producido, como no podía ser de otra manera, un cambio en el tratamiento de los cadáveres de la ganadería doméstica que afectan a la disminución de los muladares y, por consiguiente, al descubrimiento y eliminación de estos restos por las aves carroñeras.

     Fotografía 12.

Protección en Extremadura: En Extremadura, se cataloga el buitre leonado (Gyps fulvus) como especie de interés especial, dentro del "Catálogo regional de aves amenazadas de Extremadura". 


Todas las fotografías son del autor del blog quedando prohibida su reproducción sin su expreso consentimiento

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