martes, 31 de enero de 2017

las aves migratorias: La grulla común (segunda parte)



¿Han oído ustedes el canto de la grulla?¿han oído ustedes su poderoso trompeteo en los meses de enero o de febrero?. Las grullas pasajeras, que vienen del lejano norte y que anuncian con bullicioso griterío los fríos del invierno, son el espectáculo más asombroso que ofrece la naturaleza en Extremadura, con permiso de la berrea. 


Notas de campo: Lo importante es poner en situación al lector y, como temo que el lector no tiene una idea clara de la importancia de la invernada de la grulla común, trataré de dar una pequeña descripción zoológica del paisaje donde nos movemos y de nuestro protagonista. Si en la entrada anterior, dedicada al buitre negro, os situaba yo en las estribaciones de la Sierra Morena, (Campiña Sur), en ésta, dedicada a la grulla viajera, os llevaré hasta las cercanías de de la Sierra de Pela (Vegas Altas). Lugar propicio para la invernada.

El camino avanza recto ante mi, adentrándose entre las encinas de la Moheda Alta (Fotografía 1), que así se llama el lugar. Un hermoso bosque adehesado brilla a primera hora de una mañana del mes de enero mientras el bullicio de las grullas, atronan, entre las siluetas oscuras de los árboles.

    Fotografía 1.

Avanzo en silencio por el extenso paraje vegetal: la regla principal para ir a ver las grullas es no hacer ruido. El camino describe una amplia curva, donde el cantueso, la jara, el durillo, el tomillo y la magarza parecen acudir al encuentro con los birdwatchers. Los grupos de árboles tapaban los rayos del luminoso astro, dejando a oscuras el sendero. De repente, entre los árboles, una pareja de grullas (vídeo 1).


                                         Vídeo 1.

El asombroso espectáculo de la grulla embriaga los sentidos del observador y le sumergen en una atmósfera atemporal (Fotografía 2). ¿Que más puedo decir?, he pasado cientos de horas observando estas aves y hay algo casi mágico en ellas, en su migración estacional, en sus formaciones en "V" en los cielos invernales, en su poderoso canto y su píleo encarnado.


    Fotografía 2.

Toda la extensión de este paraíso de las grullas está ocupada por la dehesa, los cultivos de arroz (Fotografías 3 y 4), maíz y la vegetación mas o menos impenetrable de las riberas del río Cubilar, del río Ruecas y del río Gargáligas. La insólita abundancia de grullas constituye el atractivo incomparable de la Moheda Alta mientras las zancudas llenan la mañana con sus voces penetrantes.

                                 Fotografía 3.

                               Fotografía 4.


Decido poner rumbo hacia Orellana la Vieja, donde la severa silueta de la Sierra de Pela pone un incomparable fondo a las fotografías de grullas (Fotografía 4).

    Fotografía 5.


                                Fotografía 6.

    Fotografía 7.


Alto ya el sol en el cielo, pongo fin a esta aventura zoológica con el deseo de que el lector se anime a caminar, una fría mañana de invierno, por un camino recto que avanza entre campos de encinas, para escuchar el poderoso trompeteo de la grulla común.

La invernada de la grulla común en Extremadura es, simplemente, una maravilla visual, una gozada para los sentidos. ¡Qué lo disfruten!

Vídeos:














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