martes, 10 de enero de 2017

El gran buitre (primera parte)


Orden Accipitriformes, familia accipitridae.

El ave mas grande que sobrevuela la gran bóveda celeste de la Península Ibérica y, aún la de toda Europa es el buitre negro (Aegypius Monachus).

Morfología: A los ojos de quien contempla por primera vez al gran ave, le llamará profundamente la atención la silueta masiva, pesada, de largas alas rectangulares y la librea negra. La cabeza, grande y alargada, esta cubierta de un aterciopelado plumón grisáceo. Un  antifaz negro enmarcan  unos ojos grandes y oscuros, el pico corvo y fuerte, desgarrador. Las manos vigorosas terminan en fuertes uñas romas diseñadas para poder sujetar la carroña, por lo que carece de una potente musculatura prensil de otras rapaces que emplean las garras para matar a sus presas. Completa la robusta silueta del ave una membrana gris azulada en las ventanas nasales, en la parte superior del pico y un característico penacho de plumas, una gola, en la base del cuello. La cola, amplia, en vuelo tiene forma de cuña (Fotografía 2). La forma de obtener su alimento determina la morfología del animal, así, los buitres, al deslizarse por las corrientes térmicas para descubrir el cadáver de un animal, necesita apoyarse en unas enormes alas. El gasto de energía de esta forma de vuelo, el esfuerzo, es mínimo, por lo que la musculatura impulsora pectoral del ave es pobre si se compara con la de un águila, por ejemplo. Esta forma de buscar el alimento dota al buitre de una vista penetrante.

Los ejemplares jóvenes, como el de la foto superior, presentan un plumaje casi negro, más oscuro que el de los ejemplares adultos. El impresionante ave, que nace sobre los 100 o 150 gramos llegará a pesar en torno a los 12 kilos, alcanzar los 107 cm. de longitud y una envergadura alar de unos 2,5 a 3 metros.


                                          Fotografía 2.


Hábitat:  El buitre negro habita en el bosque mediterráneo a diferencia del buitre leonado, que es una especie de gustos mas rupícolas. La mayor ave voladora de la Península encuentra sus posaderos en los bosques abiertos, en las dehesas pobladas de encinas, de alcornoques, en los espacios abruptos de pinares, en los quejigos. Los he observado descansando en grandes y viejas encinas, sobre suaves lomas, donde pueden otear sin ser sorprendidos. Pueden instalares en atalayas de rocas donde comparten hábitat y alimentos con el buitre leonado. 

Se extiende desde Turquía hasta Asia, algunos ejemplares ivernan en el noreste de Asía. En la Península Ibérica se localizan en todo el suroccidental y en baleares, estimándose una población de 2000 parejas reproductoras. Aproximadamente el 90 % de los efectivos de la especie en Europa.

En Extremadura, las poblaciones de buitres negros han experimentado una significativa mejoría, así el número de parejas censadas en la región en 2014 fueron de 919, mientras que en 2004 fueron 722.


Biología: En las postrimería del invierno, puede verse el majestuoso vuelo de las parejas de buitres negros en el limpio cielo del  mes de febrero o de marzo (fotografía 3). Ave eminentemente forestal (fotografía 4), se instalan las parejas sedentarias en enormes plataformas, compuestas de palos entrelazados. El nido, de forma más aplanada que el de, por ejemplo, una cigüeña blanca, se sitúa en lo alto de grandes árboles y pueden ser reutilizados durante años, dependiendo de la abundancia de la carroña. Ponen un solo huevo, blanco, que incuban durante 52 a 54 días. El polluelo es cebado regularmente a medida que va creciendo durante los siguientes 100 días que permanecerá en el nido. 

Los buitres son grandes ayunadores, pueden comer una o dos veces por semana, toda vez que como he señalado en líneas superiores, el gasto de energía de su característica forma de vuelo es mínimo. 

                                          Fotografía 3.

                                          Fotografía 4.


Una de las parejas que mejor conozco residen en las estribaciones de Sierra Morena, en la Campiña Sur de Badajoz. Realmente sorprende y maravilla verlos sobrevolar las anchas dehesas, aprovechando las térmicas, planeando en busca de la carroña. En días fríos y lluviosos de diciembre, los he sorprendido posados en viejas encinas junto a los buitres leonados y las urracas (Fotografía 5 y 6).

                                          Fotografía 5.

                                          Fotografía 6. 

Una vez  que el polluelo alcanza una medida considerable no tendrá mas enemigos naturales que el hombre. 

Alimentación: los buitres se elevan, en negras coronas, utilizando las corrientes ascendentes de aire, llamadas térmicas, en su incansable búsqueda de carroñas. Los muladares, cada vez más escasos, son lugares idóneos para el observatorio del frenesí de estas aves necrófagas. En Extremadura, los cadáveres de los ungulados domésticos (cabaña ovina y vacuna) proporcionan el principal sustento al coloso alado, los 700 gramos de alimentos que se estima necesita el buitre diariamente (Fotografía 7). He visto fascinado, muchas veces, el descender de los buitres junto al cadáver de una oveja, con las patas estiradas hacia delante, como un paracaidista. Muchas veces he escuchado el sonido ronco de los aleteos, las sombras negras que van cubriendo el terreno, el remolino vibrante de los leonados junto a los negros, de las urracas, de los rabilargos y de los milanos que acuden al cadáver abierto por el fuerte pico del buitre, hasta que finalmente queda una carcasa (Fotografía 8).

Los buitres negros no transportan la comida en la pinza de sus picos o en sus garras como otras aves de presa sino que transportan el alimento en su buche, hasta 3 kilos de comida. Una vez en el nido, la regurgitan para cebar al polluelo.

                                         Fotografía 7.

                                          Fotografía 8.
                                     
Amenazas: Más que problemas particulares de venenos o irrupción de personas en las cercanías del nido, la principal amenaza de estas hermosas y grandes aves es, en mi opinión, el cambio del uso del suelo por la evolución de la agricultura en Extremadura. Como he dicho, es un ave eminentemente forestal, por lo que la reducción de las dehesas y matorral mediterráneo influye notablemente en su supervivencia. No se entendería la protección al ave sin el sostenimiento de un hábitat característico: el bosque abierto de las grandes manchas de encinares. La tala de estos árboles para favorecer cultivos extensivos y maquinaria moderna inciden de forma notable en la sobrevivencia de la mayor de nuestras aves voladoras.

Es importante destacar que el buitre negro está en recuperación y su población ha ido aumentado en las últimas décadas,   
 Fotografía 9.

 Fotografía 10.

Protección en Extremadura: El buitre negro, como todas las rapaces, es una especie protegida. Se encuentra en el Libro Rojo de las aves en España en la categoría de "Vulnerable". En Extremadura, el legislador ha querido dotar al gran carroñero de una singular protección, incorporándolo como "Especie catalogada en la categoría de sensible a la alteración de su hábitat" aprobando la Orden de 25 de mayo de 2015 por la que se aprueba el Plan de Conservación del hábitat del Buitre Negro (Aegypius monachus) en Extremadura, recientemente modificada por la Orden de 13 de abril de 2016.

Todas las fotografías son del autor del blog quedando prohibida su reproducción sin su expreso consentimiento

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