martes, 21 de agosto de 2018

Monfragüe, el gran parque extremeño (IV)




El clima y la meteorología de Monfragüe: El clima de Monfragüe es de tipo mediterráneo occidental con influencia atlántica. La cantidad de lluvia se sitúa entre los 630 y 640 mm de media anual, valores comunes a buena parte de Europa en esas latitudes medias y altitudes bajas. Sin embargo, la precipitación interanual es irregular con años y ciclos de sequía y otros muy lluviosos.





Las precipitaciones se extienden de otoño a primavera, con su máximo en los meses de octubre a diciembre. Las primeras lluvias después del estío dan lugar al celo de los ciervos, la Berrea, siendo uno de los mejores momentos para visitar el Parque Nacional.


Julio y Agosto registran las máximas térmicas anuales (24º-25º de media), con algunos días excediendo los 40º. Los valores máximos alcanzan unos afixiantes 44º, los 45º o 46º pocas veces en el siglo. Las mínimas se dan en diciembre/enero (9º de media), con días de niebla y helada.


La peculiaridad que le confieren la orientación de las sierras y los ríos marcan la climatología del gran parque. Las sierras atrapan la humedad proveniente del atlántico, generando en una parte de la misma un mircroclima húmedo y en la otra seco.


Al hablar de valores medios en la temperatura se simplifica la variedad de ambientes que se dan entre el día y la noche, con cambios que pueden alcanzar 15º. Una gran abanico de temperaturas, de luz, de humedad, que contribuyen sobremanera a la gran diversidad de especies y comunidades que encuentran un refugio en las tierras de Monfragüe.



Historia ecológica de Monfragüe. El territorio que hoy conocemos como Monfragüe se ha explotado desde hace miles de años, así lo atestiguan las numerosas pinturas rupestres que albergan las sierras, destacando la Cueva del Castillo, en la Sierra de las Corvachuelas, abarcando las edades del Cobre, Bronce y Hierro.


Existen yacimientos prerromanos en la zona, siendo este territorio del pueblo Vetón. Así aparecen restos de un castro vetón, la Estela de un Guerrero en lo que hoy es Torrejón el Rubio y el llamado Tesoro de Serradilla.



Ya en época romana, este territorio entra en la historia más fiable. Los romanos llamaron "Monsfragorum" (monte fragoso/denso) por su carácter accidentado y vegetación densa. Hay que tener en cuenta la cercanía de la "Vía de la Plata" como ruta de comunicación.



La ubicación estratégica permite controlar un amplio territorio. Los musulmanes llamaron "Al-Monfrag" al Monsfragorum romano. Surgen entonces un sitio ampliamente reconocido, el Castillo roquero de Monfragüe. De época o estilo Bajomedieval, siglos XII-XV. En origen, el Castillo de Al-Monfrag tenía cinco torres y dos murallas defensivas. La posición defensivamente ventajosa, hacen que durante siglos, las tropas islámicas y las castellana ocupasen el mismo, lo que conllevó sucesivas reformas y reconstrucciones, superponiendo materiales y procedimientos constructivos.



Ya en el s. XV., para facilitar las comunicaciones entre las ciudades de Trujillo y Plasencia se construyó el "Puente del Cardenal", por orden de Juan de Carvajal, en 1450. Este puente, que era prácticamente el único paso que cruzaba el Tajo a su paso por Extremadura, junto con la geografía accidentada y vegetación densa e impenetrable, hacen que sea un lugar propicio para el bandolerismo y el pillaje. Tal fue el grado de bandolerismo de la zona, que para remediar esta situacion Carlos III ordenó crear una villa, Villarreal de San Carlos.



Ya en el s. XX., Monfragüe, que había sufrido la presión de los romanos, la reconquista, el bandolerismo o la guerra de la independencia,  sufre un nuevo ataque. La creación de las presas de Alcántara y Torrejón, a finales de los años 60 de s. XX. Este nuevo ataque modifica irreversiblemente el paisaje, quedando sumergidas las zonas de ribera, junto con la riqueza ecológica y etnológica que allí se concentraba.



Todas las fotografías son del autor del blog, quedando prohibida su reproducción sin su expreso consentimiento.



martes, 7 de agosto de 2018

Monfragüe, el gran parque extremeño (III)



Seguimos esta singladura por el Parque Nacional de Monfragüe con unas fotografías que nos ofrecen una perspectiva aérea de lugares tan icónicos como el "Salto del gitano". Preciosas fotografías, a vista de ave rapaz, que me remite un buen amigo mio y antiguo compañero, Victor Fernández.



Se añaden a las grandes unidades ecológicas o ecosistemas que ya conocen los amigos del blog, (dehesas, bosque mediterráneo y el medio acuático) otros ecosistemas o unidades geológicas que  podríamos llamar "menores", me refiero a los roquedos, peñones, crestas...


Los roquedos: Las altitudes máximas del territorio que conforma Monfragüe no superan los 773 metros sobre el nivel del mar, y las menores unos 200 metros. Por consiguiente, el paisaje del gran parque no se caracteriza por grandes elevaciones, sino que es la hondonada en forma de "V" producida por el río lo que caracteriza el relieve accidentado del Parque.


El agua embalsada, remansada, es un espejo donde se reflejan las paredes pétreas de los cantiles que reciben el nombre, en estas tierras, de "Saltos", "Portillas", "Apreturas"... y que constituye el paisaje más característico de Monfragüe. 


Es roca dura, pero quebradiza que conforma un extraordinario refugio, una inaccesible atalaya, para multitud de especies rupícolas de flora y fauna. La singularidad geológica y biológica no puede ser mayor, un dédalo de grietas, de cortaduras, de salientes, de balcones, de oquedades que conforman el mejor cobijo, el mejor alojamiento posible, para las especies rupícolas.

La practica totalidad de roquedos acogen nidos de de la avifauna más característica e importante de la Península Ibérica. Las especies más destacadas son los buitres leonados, el alimoche, el búho real, el halcón peregrino, la cigüeña negra, el cárabo, el águila perdicera, los cernícalos, avión roquero, o la golondrina dáurica.

Percha de Buitres leonados (Gyps fulvus).

Pareja de Cigüeñas negras. (Ciconia nigra)

Alimoche (Neophron percnopterus)

Halcón peregrino (Falco peregrinus)

Junto a los roquedos, el bosque mediterráneo ofrece un hábitat adecuado para dos especies emblemáticas, el Águila Imperial y el Buitre negro, de gustos mas forestales. Destaca también mamíferos como el tejón, el meloncillo,la nutria, el zorro, la jineta, el ciervo rojo, el jabalí.

Águila imperial (Aquila adalberti)

Buitre negro (Aegypius Monachus)

Ciervo ibérico (Cervus elaphus)

Familia de jabalies. (Sus scrofa)

Faltan el Lince (Hay un centro de cría en cautividad, a pocos kilómetros, en Zarza de Granadilla) y el Lobo (Asociaciones ecologistas han reclamado el regreso del Lobo ibérico a la zona del Parque Nacional para "equilibrar" las elevadas poblaciones de ungulados del parque -ciervos/corzos- y suidos -jabalies.).

Grullas (Grus grus)

En invierno, llenan el aire el vuelo de las grandes aves viajeras, las grullas, que con su sonoro canto ponen una nota sonora al gran parque extremeño.

Garza real (Ardea cinerea) 

Martín pescador (Alcedo atthis).

El medio acuático, otros protagonistas, ictiófagos y limicolas. Las Garzas reales o los Martines pescadores a los que uno no se cansaría de observar.

El atractivo mayor de Monfragüe se fundamenta en la diversidad de especies y comunidades de la gran fauna ibérica.



Todas las fotografías son del autor del blog, salvo las dos fotografías de entrada, de Víctor Fernández, quedando prohibida su reproducción sin su expreso consentimiento.